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En Filipinas, Fondacio reflexiona sobre su futuro

150 delegados de Fondacio se reunieron en Tagaytay, Filipinas, del 7 al 11 de mayo para reflexionar sobre el futuro de este movimiento internacional, presente en una veintena de países.

El 5º Congreso Fondacio se inauguró el lunes 7 de mayo y se llevará a cabo hasta el domingo 11 de mayo en el Centro Mariápolis, Tagaytay, Filipinas. Su lema este año es “Llamados a ser chispas en el corazón del mundo”, un mundo “marcado por rápidos cambios y donde Asia se ha convertido en un centro de gravedad (demográfico, económico, político, cultural y religioso)”.
Cada cinco años, un congreso reúne a todos los delegados de este movimiento internacional fundado en 1974 en la ola de comunidades carismáticas -ya presentes en cuatro continentes- para discernir las orientaciones prioritarias para los próximos años y elegir al presidente y al consejo para un nuevo mandato.
Desde el 1 de mayo, aproximadamente 85 delegados de 20 nacionalidades se han sumergido en las realidades locales de varios países asiáticos donde está establecida Fondacio: Myanmar, Laos, Vietnam, Malasia, Filipinas, antes de abordar durante dos días en un foro los desafíos que enfrentan los misioneros.

“Aculturación y equilibrio de género en la gobernanza”
Para los 150 delegados que luego se reunieron en Tagaytay, el primer desafío fue reflexionar sobre la misión particular de Fondacio, su “core business”, y lograr definirla de manera simple. . “Nuestra comunidad tiene como objetivo el desarrollo integral de la persona, a partir del Evangelio para un compromiso en el mundo, con la formación como dimensión central”, indica río arriba su presidente, François Prouteau.
Mejorar la gobernanza del movimiento es otro tema de la conferencia. Fondacio está presente en una veintena de países del mundo: “Su futuro pasa por una mayor inculturación y un mejor equilibrio entre hombres y mujeres”, reconoce su presidente.
Finalmente, “la cuestión del diálogo intercultural es fundamental hoy”, explica François Prouteau, cuyo antecesor fue chileno y se instaló en Francia durante su mandato. “Creemos que podemos entendernos, pero es al enfrentarnos a acciones conjuntas y colaboraciones que entendemos cómo piensan los demás, cómo funcionan”.

Mayor colaboración con sacerdotes y religiosos
El movimiento también se basa en una mayor colaboración entre sacerdotes, laicos y religiosos, como es el caso en particular en Angers, con las hermanas franciscanas del sitio de Esvière que han puesto a disposición edificios para el instituto de formación Fondacio (IFF-Europa). sobre el humanitarismo, la solidaridad y la orientación. “La cuestión del sentido y el compromiso también es un buen punto de entrada, con los jóvenes, pero también con los líderes empresariales a quienes ofrecemos un camino de reflexión sobre el sentido de sus vidas y espacios de sanación. (En Lérins, Penboc’h)…” añade François Prouteau.

Además de su formación, Fondacio también participa hoy en proyectos sociales y educativos, particularmente en África y Asia, en colaboración con diócesis, movimientos y organizaciones: proyectos de desarrollo rural, proyectos ecológicos, para pacientes con VIH, niños de la calle…
“Hay una espiritualidad de benevolencia que cultivar, no desde las normas, sino desde nuestra amistad con Jesucristo, que no nos hace temer entrar en situaciones periféricas, sean las que sean”, explica François Prouteau.
Céline Hoyeau
Telediario

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