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La peste de Albert Camus: Haciendo un trabajo de hombre.

La peste , la novela de Albert Camus publicada en 1947, está despertando un renovado interés entre muchos lectores de todo el mundo por una situación de confinamiento. Hoy, a través de los cuidadores en los hospitales, “lo que aprendemos en medio de las plagas, que en los hombres hay más cosas que admirar que cosas que despreciar”.

Ana PROUTEAU
Presidente de la Sociedad de Estudios Camusianos
Profesor de literatura francesa en la UCO
https://recherche.uco.fr/chercheur/182/anne-prouteau)

La Peste es la historia de esta epidemia en Orán y la lucha de sus habitantes para luchar contra el mal. El valiente doctor Rieux, que cuenta esta crónica de forma anónima, intenta hacer ” su trabajo de hombre “, “reducir el dolor aritméticamente”. Ante el drama, intenta mantener “un lenguaje claro” a sus conciudadanos. Se escenifican varios protagonistas, cada uno con una postura diferente: el mismo síndrome que les afecta suscita diversas reacciones.

Entre ellos, podríamos citar a Rambert el periodista que, aunque las puertas están cerradas, quisiera unirse a la mujer que ama a toda costa. A medida que avanza la epidemia, poco a poco se volverá solidario y preocupado por el bien común.


El padre Paneloux, un sacerdote rayano en la caricatura, que arenga a sus feligreses como si la peste fuera un castigo divino, también evolucionó tras ver morir a un niño, un inocente. Su segundo sermón atestigua que ha perdido su brillo; vive más en comunión con hombres y mujeres, de rodillas, ante el mismo misterio del mal.


Tengo un cariño especial por un oficinista tranquilo llamado Grand. Mientras se dedica a los cordones sanitarios, se dedica a escribir la primera frase de una novela que quisiera ser perfecta. Esta modesta tarea puede parecer trivial, pero da fe de la importancia de la búsqueda de la belleza en tiempos de angustia.


También hay que mencionar a Tarrou, el amigo de Rieux que, en el corazón de esta batalla, ofrece una experiencia que sellaría su amistad: darse un baño en el Mediterráneo que bordea la ciudad. Rieux acepta experimentar este alto, esta ruptura con el amigo. Bajo una noche estrellada, celebran su amistad nadando juntos; estos momentos, en su carácter libre, nos recuerdan la necesidad en el fondo de toda lucha por la revitalización, de un retorno a la vida interior y del cuidado a la calidad de los vínculos. Regresan a la batalla “pero tenían el mismo corazón y el recuerdo de esa noche les era dulce”.


Y cuando se abren las puertas de la ciudad, la multitud de habitantes de Orán está jubilosa. El doctor Rieux no comparte plenamente esta alegría: sabe que debe permanecer vigilante, mesurado. Concluye valorando todo lo que la peste le ha enseñado:


“Hay más cosas en los hombres que admirar que cosas que despreciar”.


Lea La peste completa y gratis: http://www.anthropomada.com/bibliotheque/CAMUS-La-peste.pdf

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