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La última carta blanca de François Prouteau.

Hace diez meses, casi al día, comenzaba una temporada de carta blanca con la Radio Cristiana Francesa (RCF), al mismo tiempo que comenzaba el curso escolar. Hoy toca partir. ¿Cómo releer este año pasado junto a ustedes en la casa de los oyentes y permanecer conectados?

Concluí mi primera carta blanca con estas palabras: “ la curiosidad juega un papel fundamental en el aprendizaje, hay que acompañar y dejar la capacidad de actuar, de dudar, de equivocarse y de corregirse. También significa abrir constantemente nuevas posibilidades, realizar experimentos“. Había olvidado entonces especificar que son a veces los acontecimientos que ocurren sin nuestro conocimiento y que son la ocasión de los aprendizajes más fuertes. En este sentido, el pasado año ha estado lleno de imprevistos, de los que nuestras tarjetas blancas, a lo largo de las semanas, han sido el eco. El último imprevisto – colosal – es el Covid 19, a lo largo de la primavera que ya se acaba, con todo tipo de eventos. Estamos saliendo de eso, y ya no somos los mismos. Desde hace varios años sabíamos que habíamos entrado en un cambio de mundo: “no estamos viviendo un tiempo de cambio, sino un cambio de mundo” escribió en 2017, el Papa Francisco, en la constitución de las Universidades Católicas. Pero la aparición de un nuevo mundo aún podría aparecernos como un punto pálido y vago en el horizonte, una idea lejana, ¿para las próximas generaciones o para los demás? Hoy, a raíz del Covid-19, todos hemos soportado la peor parte de un calvario tan increíble, en una experiencia más o menos dolorosa según la persona y la situación. ¿Aprendimos algo? ¿Nos hemos convertido un poco más en el compromiso al servicio de la salvaguarda de nuestra casa común?

Con el año “Laudato Si” que acaba de comenzar, me gusta releer este pasaje de la encíclica del Papa Francisco que ha puntuado nuestras “Cartes Blanches”: Dios creó el mundo inscribiendo en él un orden y un dinamismo que los seres humanos no tienen derecho a ignorar. […] Invito a todos los cristianos a hacer explícita esta dimensión de su conversión, dejando que la fuerza y la luz de la gracia recibida se extiendan también a su relación con las demás criaturas, así como con el mundo que les rodea, les rodea y suscita. esa sublime fraternidad con toda la creación, que san Francisco vivió de modo tan luminoso (Laudato Si, § 221).

La palabra de hoy es para la Convención Ciudadana y sus propuestas. Un deseo para las próximas semanas es que las propuestas clave en la lucha contra el calentamiento global se materialicen en nuestra vida democrática, a través del compromiso cívico de las mujeres y hombres vivos que colaboran con los Vivos.

Buen verano !

François Prouteau

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