Ante unos cientos de fieles reunidos en el patio de San Dámaso para la audiencia general semanal, el Papa Francisco continuó su ciclo de catequesis sobre “ sanar el mundo” después de la pandemia. Para el Santo Padre, el cuidado que tenemos de nuestros hermanos y hermanas humanos también debe aplicarse a la creación. Para ello, es importante encontrar una mirada contemplativa en él.
Para salir de una pandemia, necesitamos”curarse y cuidarse unos a otros”. Así, todos aquellos que cuidan de las personas vulnerables deben ser apoyados en su servicio, comenzó el Papa, para quien este cuidado debe extenderse también a la creación. La creación no debe ser vista como un “mero recurso", porque las criaturas tienen "un valor en sí mismos", en el sentido de que "reflejan, cada uno a su manera, un rayo de la infinita sabiduría y bondad de Dios" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 339). Abusar de ella es un "pecado grave", advierte el Papa, quien recuerda que la contemplación constituye el "mejor antídoto contra el mal uso de nuestra casa común".
Sentirse parte de la Creación
“Sin contemplación, es fácil caer en un antropocentrismo desequilibrado y orgulloso”; esta visión errónea posiciona al hombre como soberano absoluto sobre todas las demás criaturas. Sin embargo, al pretender ocupar el lugar de Dios, “nos convertimos en depredadores” que explotan la tierra, en lugar de trabajarla con esmero. “ Nuestros hermanos más pobres y nuestra madre la tierra gimen por el daño y la injusticia que hemos causado” y exige de nosotros una conversión.
Por tanto, es importante redescubrir esta dimensión contemplativa, que nos hace descubrir en los demás y en la naturaleza "algo muy superior a su utilidad", a saber, "el valor intrínseco que Dios les ha conferido". Contemplación “se hace desde dentro, reconociéndonos como parte de la creación, convirtiéndonos en protagonistas”, más que en meros observadores. “Si sois incapaces de contemplar la naturaleza, no seréis capaces de contemplar la belleza de las personas”, dijo el Papa, quien insistió: “quien explota la naturaleza acaba explotando a las personas, es una ley universal”.
El “contemplativo en la acción” adopta una actitud de vigilancia, se convierte en protector del medio ambiente, buscando “conjurar los saberes ancestrales de culturas milenarias con nuevos saberes técnicos, para que nuestro modo de vida sea sustentable”.
¿Qué herencia dejaremos a las generaciones futuras?
Contemplar y cuidar: estas son dos actitudes "que muestran el camino para corregir y reequilibrar nuestra relación como seres humanos con la creación". La relación entre el hombre y la naturaleza se equipara a veces con la que se fomenta entre enemigos, dijo el Papa. La explotación desenfrenada tiene un alto precio, advierte, citando un dicho español: "Dios siempre perdona; a veces perdonamos; la naturaleza nunca perdona”. Este informe debe transformarse en una relación”fraternal". “El problema no es cómo estás hoy, el problema es la vida de las generaciones futuras”, dijo el Papa Francisco. "Pensemos en los hijos, en los nietos: ¿qué les dejaremos, si explotamos la creación?"
Así, quienes eligen el camino de la contemplación se convierten en “guardianes de la casa común” y custodian el patrimonio que Dios nos ha confiado para que puedan disfrutarlo las generaciones futuras”. Y el Papa para rendir homenaje a los pueblos indígenas, "con los que tenemos una deuda de gratitud", pero también a las asociaciones y movimientos que se comprometen a proteger su territorio con sus valores naturales y culturales, pero cuya labor no siempre es apreciado, incluso obstaculizado. Todos son parte de la "revolución del cuidado".
“Cada uno de nosotros puede y debe convertirse en un 'guardián de la casa común', capaz de alabar a Dios por sus criaturas, de contemplarlas y de protegerlas”, concluyó el Papa.
Enlace fuente:
https://www.vaticannews.va/fr/pape/news/2020-09/audience-generale-contempler-cr…
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