El padre Silvano Galli, SMA, dice que los togoleses están orando y esperando un diálogo político y un mejor año 2021.
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El optimismo cauteloso reina en Togo mientras los economistas ven que el país emerge lentamente de la recesión: un 2020 difícil.
un año dificil
El año 2020 acaba de terminar, ha sido difícil y complicado para muchas personas en Togo. Durante la mayor parte de los últimos tres años, la presencia militar ha sido generalizada en la mayoría de las ciudades.
"Desde las disputadas elecciones (2020) que vieron la confirmación del presidente Faure Gnassingbé como jefe del país, hasta el comienzo de la COVID-19, la gente hizo todo lo posible para sobrevivir el año", el padre Silvano Galli, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas, dijo recientemente a la Agencia Fides.
Irónicamente, la pandemia de COVID-19 también ha tenido el efecto de frenar y silenciar la crisis política del país.
Diálogo político
En 2017, grandes protestas sacudieron a Togo en apoyo de las demandas de la oposición de restablecer los límites del mandato presidencial. En 2019, se restableció el límite de dos mandatos en Togo, pero no se aplica retroactivamente. El presidente Faure Gnassingbé, que ganó un cuarto mandato impugnado en 2020, aún puede postularse para un quinto mandato en 2025.
Los togoleses esperan que la situación política paralizada lleve a un diálogo entre los protagonistas y dé paso a un período de serenidad. Sin diálogo, el riesgo de disturbios sigue siendo alto.
Perspectivas económicas alentadoras
Togo es uno de los países más pequeños de África occidental y tiene 7,5 millones de habitantes. A pesar de las dificultades, los economistas siguen siendo optimistas sobre las perspectivas. El crecimiento económico en 2021 debería alcanzar el 5,5%, principalmente gracias a los buenos resultados de la agricultura. Asimismo, la creación de una zona franca en el puerto de Lomé convierte a Togo en un centro regional muy activo.
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