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Diga adiós a Suzanne y Baptiste: nuestros servicios cívicos.

¡Cada año, Fondacio France acoge servicios cívicos que ponen un año de su vida al servicio de Fondacio! Y cada año, tener que despedirlos es un momento hermoso, lleno de esperanza, de recuerdos pero también un poco de tristeza para cada persona que la pasó bien a su lado!


Bautista :


De septiembre a junio, 10 meses al servicio de Fondacio.

Estaba entusiasmado por tener tiempo para llevar mi piedra a Fondacio, y ahora que mi servicio cívico está llegando a su fin, ¡estoy feliz por esta experiencia con ustedes!

Ya conocía bien a Fondacio antes de venir, así que esperaba el ambiente cálido, la calidad de las relaciones y el impulso que sentí a lo largo de este año.

Lo que más aprecio es esta cualidad de escucha, de atención a los demás, propia de Fondacio.

Apertura en las discusiones, tu diversidad de puntos de vista, diversidad de carácter, todo en un ambiente que inspira confianza en la inteligencia del grupo, todo esto crea un clima que me empuja a abrirme, a crecer para mí y para los demás.

Quedaría mucho por decir pero si me tengo que quedar con una última cosa de este año es la oportunidad que tuve de proponer y probar cosas nuevas, ya sea sobre ecología, o simplemente nuevas herramientas. En resumen, gracias a todos por este muy buen año a pesar del parón del confinamiento, y espero poder seguir poniéndome al servicio de estos grandes proyectos que ofrece Fondacio, ¡aunque sea más puntual!


susana :

Que decir…

Esta experiencia de servicio cívico fue para mí extraordinaria, incluso me salvó la vida.

Llegué como yo, con mis defectos, mis suposiciones y sobre todo mis miedos. Miedo a no estar a la altura, miedo a no encajar, miedo a perder un año… Pero gracias a todos vosotros estos miedos desaparecieron rápidamente.

Cada uno de ustedes, me sonreían, confiaban en mí.

Aprendí que la gran diferencia de edad y jerarquía no impide la amistad, que una sonrisa puede salvar a alguien, que la juventud no rima con incompetencia, que la duda y el error son posibles y no significan fracaso, que la ropa no hace al hombre, que la benevolencia debe guiar cada acción, que cada uno tiene algo interesante que enseñar a los demás sin importar la edad, el sexo, los orígenes, que el Señor perdona y siempre nos dejará volver, que uno es autosuficiente y todo lo demás es un ser más querido tanto como sea posible.

Y tú eres parte de ese plus.

Tú, este magnífico sitio y todas las actividades que he podido realizar allí, te he querido y lo volveré a hacer durante estas 3 semanas que me quedan a tu lado.

El próximo año seguramente estará lleno de sorpresas y giros, pero ahora lo afronto con mucha calma y alegría.

Mido plenamente la suerte que tuve de conocerte y de conocer a Fondacio en ese momento de mi vida. Y créeme, no me iré pronto. Seguramente volverás a ver mi cabecita el año que viene, pero esta vez como voluntario. Termino este pequeño y largo texto con una última palabra, la más importante: ¡GRACIAS!

Y os deseo a todos un excelente verano, una buena continuación y, en general, todo lo mejor.


Con todo mi amor, Susana.

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