“Generación Z” de pie para contrarrestar el golpe en Birmania

El golpe militar birmano del 1 de febrero interrumpió brutalmente el proceso de democratización. El partido de la dama, Aung San Suu Kyi, acababa de triunfar en las elecciones del pasado noviembre, con más del 80% de los votos. ¡Un revés electoral para los militares! La líder Aung San Suu Kyi y cientos de personas fueron arrestadas. Los manifestantes exigen su liberación. Escuchamos en los desfiles: “Devuélvannos nuestro gobierno electo”, “respeten nuestro voto”. Se organizan cadenas de oración. Esto es lo que hacen los miembros de Fondacio en el sitio.

En la frontera oriental de India y Bangladesh, Myanmar, también llamada Birmania, tiene 54 millones de habitantes y más de 130 grupos étnicos. La mayoría étnica dominante (65% de la población) es budista birmana. El respeto y la consideración de las minorías étnicas son esenciales para la estabilidad política del país. Por eso, y no sin dificultades y enfrentamientos, el proceso de democratización debe mejorar la situación de las minorías étnicas para erradicar la violencia y la pobreza que afectan a estas poblaciones discriminadas.

El país, cercano a mercados dinámicos (India, China y ASEAN), con recursos naturales abundantes y aún subexplotados, está experimentando un desarrollo económico: un crecimiento del PIB de alrededor del 6% entre 2016 y 2019. Establecer la democracia y el estado de derecho de forma duradera son cuestiones importantes para una redistribución justa de la riqueza. Estos, al crecer, atraen la codicia de los más poderosos que quieren lucrar de ella para sí y por la fuerza.

Generación Z muestra determinación en protesta contra golpe militar

Un activo del país es su población relativamente joven (27,6% son menores de 14 años). Los jóvenes de 17 a 30 años se presentan como la Generación Z. Demasiado jóvenes para haber conocido regímenes militares anteriores y represiones sangrientas, no tienen miedo de reunirse por decenas de miles para desafiar la prohibición de las manifestaciones, inspirados en los recientes movimientos de protesta en otros países. . Esta generación Z está decidida porque en la lucha de hoy está en juego su futuro. Estos jóvenes tienen coraje: dicen que si fuera necesario, estarían dispuestos a morir por ello. El miedo está ahí: recordamos las “cargas” de jóvenes estudiantes contra metralla, durante las manifestaciones de 1988 que dejaron 3.000 muertos.

Todavía hay otras formas de luchar. Como en la tradición budista, la población trabaja para ahuyentar a los malos espíritus y demonios, golpeando cacerolas y cualquier cosa que pueda hacer ruido, a las 8 de la mañana todos los días. Contra las armas se desarrolla una lucha pacífica, espiritual y psicológica. Para estar en comunión con la generación Z, los jóvenes de Fondacio proponen poner una vela en la esquina de las ventanas a las 8:30 am; frente a las tinieblas, la lucha de esta generación Z es la de la Luz.

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