El Jubileo de 2025, bajo el tema “Peregrinos de la esperanza”, es una maravillosa oportunidad de reflexión y renovación para los creyentes de todo el mundo. En un contexto global marcado por desafíos sociales, ambientales y espirituales, la esperanza cristiana nos invita a no rendirnos.
Para Fondacio Bélgica, este Jubileo es una llamada a actuar en comunidad, con fe y confianza, para abrir puertas en la Iglesia y en la sociedad. Inspirado por el Espíritu Santo, todo creyente está invitado a redescubrir el sentido de la fraternidad universal y a responder a la fidelidad de Dios con actos concretos de amor y solidaridad.
A continuación, un mensaje inspirador del cuarteto responsable de Fondacio Bélgica: Anne-Françoise, Brigitte, Pierre y Dominique:
Mensaje del cuarteto responsable de Fondacio Bélgica:
El Papa Francisco ha elegido “Peregrinos de la esperanza” como tema del Jubileo de 2025 para resaltar la importancia de la esperanza en la vida cristiana y en el mundo de hoy. Esta tradición, que se remonta al año 1300, se celebra cada veinticinco años y es una invitación a la reflexión, al compartir y a la renovación de la fe, para que cada peregrino pueda sumergirse en la infinita misericordia de Dios.
Estamos llamados a mantener nuestra esperanza a pesar de los desafíos y dificultades que encontramos en nuestras vidas y en el mundo. La esperanza es la confianza inquebrantable en Dios, una fuerza impulsora que nos impulsa. Esto será posible “si somos capaces de redescubrir el sentido de la fraternidad universal”,
"si no hacemos la vista gorda ante los aspectos fundamentales de la vida social".
Los desafíos para Fondacio Bélgica en 2025 son grandes. Es todos juntos y animados por la misma fe en Dios que lograremos ser abridores de puertas en la Iglesia y en la sociedad. Madeleine Delbrêl escribió: “La esperanza cristiana nos ofrece esta estrecha cresta, esta frontera donde nuestra vocación exige que elijamos, cada día y cada hora, ser fieles a la fidelidad de Dios hacia nosotros”. Dios es fiel con nosotros, nuestra tarea es responder a esta fidelidad. Esta fidelidad no es algo que generamos, es un don de Dios en nosotros si nos dejamos plasmar por su fuerza de amor, es el Espíritu Santo quien actúa como un soplo de inspiración en nuestros corazones. Nos corresponde entonces a nosotros invocar este don: «Señor, concédeme serte fiel en la esperanza».
Una esperanza que nos llama a la acción
Este mensaje, profundamente arraigado en la fe y la humanidad, es un poderoso recordatorio de la importancia de la esperanza en nuestras vidas y en nuestras acciones. Nos invita a caminar juntos por el camino del Jubileo 2025, a ser constructores de fraternidad y testigos del amor de Dios en un mundo que cambia, ¿por qué no ponernos en camino como Christine y Dominique?
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